Proteína Animal

Impacto en la salud y el desarrollo
La proteína es fundamental para el crecimiento, desarrollo, reparación celular y mantenimiento de tejidos en todas las etapas de la vida. Su calidad se define por su perfil de aminoácidos esenciales y digestibilidad, medido por el PDCAAS o DIAAS. Las proteínas de origen animal (carne, leche, huevos) alcanzan PDCAAS ≃ 1.0, indicando que contienen todos los aminoácidos esenciales en cantidades óptimas, con alta digestibilidad.
Estudios demuestran que, especialmente en poblaciones vulnerables como niños pequeños, adultos mayores y gestantes, la proteína animal es crítica para asegurar un aporte adecuado de nutrientes y favorecer el crecimiento óseo y cognitivo.
Importancia de la proteína animal
- Calidad proteica y digestibilidad: aporta los nueve aminoácidos esenciales en proporciones ideales; la proteína vegetal suele carecer de alguno (ej. lisina o metionina) y requiere mayor ingesta para igualar aportes.
- Desarrollo infantil: en niños pre-término o con bajo peso, la proteína animal promueve mejor crecimiento físico y mental comparado con proteínas totales. En países de bajos ingresos, su consumo se vincula con menor mortalidad en menores de cinco años.
- Envejecimiento y prevención de fragilidad: en adultos mayores, la proteína animal conserva mejor la masa muscular que la vegetal. Recomendaciones actuales para ≥ 60 años sugieren ≥ 1,0–1,2 g/kg/día, con distribución equitativa en comidas.
- Micronutrientes esenciales: alimentos como carne, lácteos y huevos son fuentes claves de hierro hemo, zinc, vitamina B12, calcio y vitamina A nutrientes de alta biodisponibilidad y esenciales en etapas sensibles como infancia y embarazo.
Algunas limitaciones de la proteína vegetal
Aunque puede ser saludable, la proteína vegetal presenta desventajas:
- Perfil incompleto de aminoácidos esenciales: Requiere combinar cereales y legumbres, incrementar volumen calórico y diversificar dieta, lo cual puede ser poco práctico en niños y adultos mayores.
- Biodisponibilidad: inferior en hierro (no hemo), zinc, y prácticamente ausente en vitamina B12, lo que incrementa riesgo de anemia y déficits cognitivos.
- Evidencia en fragilidad: aunque algunos beneficios existen, otros estudios muestran ventajas superiores de proteína animal en preservación muscular.
- Riesgo en veganos: déficit en lisina y leucina observados en adultos veganos, con implicaciones negativas en síntesis proteica en mayores.
- Desarrollo en niñez: ingestas vegetales puras y bajas en proteínas están asociadas con menor crecimiento ponderal y estatural en población infantil.
Beneficios del consumo de proteína animal
- Favorece el crecimiento óseo (IGF-1), masa muscular y función cognitiva en la niñez.
- En adultos mayores, ayuda a prevenir sarcopenia y fragilidad, mejorando la calidad de vida.
- Aporta nutrientes esenciales; B12, hierro hemo, zinc; fundamentales en gestantes, lactantes, niños y ancianos.
Desventajas de depender exclusivamente de proteína vegetal
- La exclusión total de proteína de origen animal en la dieta, especialmente en niños y adultos mayores, puede comprometer seriamente la salud debido al déficit de aminoácidos esenciales que afecta el crecimiento, la función inmunológica y el desarrollo físico e intelectual. Además, la menor biodisponibilidad de micronutrientes clave como hierro, vitamina B12 y zinc en fuentes vegetales incrementa el riesgo de anemia, retraso cognitivo y baja inmunidad en estas poblaciones vulnerables.
- Las dietas basadas exclusivamente en vegetales también requieren un mayor volumen y carga calórica para igualar el aporte proteico, lo que dificulta su aplicación en adultos mayores con apetito y capacidad digestiva reducidos. A esto se suma el riesgo de deficiencias específicas, como en masa muscular o función tiroidea, en dietas veganas mal planificadas.
- En contraste, la proteína animal ofrece una calidad superior en términos de aminoácidos y biodisponibilidad de nutrientes críticos, siendo esencial en etapas de alta demanda fisiológica. Aunque las proteínas vegetales pueden ser beneficiosas para la salud y el ambiente, no siempre garantizan una nutrición completa sin estrategias nutricionales bien estructuradas.
Recomendaciones finales
- Incluir fuentes animales (leche, huevos, pescado, carnes magras) de forma regular en dietas de niños, adultos mayores y mujeres gestantes/lactantes.
- Complementar con proteína vegetal, especialmente en adultos sanos, para aportar fibra, antioxidantes y reducir grasas saturadas.
- Asegurar combinaciones de vegetales (legumbres+cereales) cuando se reducen o eliminan derivados animales, más suplementación dirigida a micronutrientes clave.
- Distribuir proteína a lo largo del día (~25–30 g por comida en mayores de 60 años) para optimizar síntesis muscular.
- Supervisión nutricional personalizada, especialmente en dietas restrictivas.
Fuentes:
- Bosch, G., et al. (2016). Animal Proteins as Important Contributors to a Healthy Human Diet. Annual Review of Animal Biosciences, 4, 19–37.
- Fulgoni, V. L., et al. (2021). Plant Proteins: Assessing Their Nutritional Quality and Effects on Health. Frontiers in Nutrition, 8, 772573.
- Murphy, S. P., & Allen, L. H. (2003). Nutritional Importance of Animal Source Foods. Journal of Nutrition, 133, 3932S‑3935S.
- PubMed. (2016). Effects of Plant‑Based Protein Interventions in Older Adults. PMC.
- National Academies. (2013). Evidence-Based Recommendations for Optimal Dietary Protein. Journal of the Academy of Nutrition and Dietetics.
- Smith, P., et al. (2025). Associations between national plant‑based vs animal‑based protein supply and mortality. Nature Communications.
- EatingWell. (2025, Apr 24). The Kind of Protein You Eat Could Help You Live Longer. EatingWell.com.
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